Gracias a Fundecooperación les ofrecemos la cuarta conferencia de este año, cuyo título fue "El Padre Francisco Calvo, Capellán del ejército", y que fue dictada por el C. C. Lic. Tomás Federico Arias Castro.
28 de noviembre de 2011
30 de octubre de 2011
Videos de la actividad en Fundecooperación
Algunos videos de las presentaciones en la actividad realizada por La Tertulia del 56 y Fudecooperación:
"Don Juan Rafael Mora Porras y la forja de la nacionalidad costarricense"
Por Juan Rafael Quesada Camacho
"Juan Rafael Mora Porras: Primer ensayista costarricense"
Por Juan Duran Luzio
"Barón Alexander von Bülow"
Por Juan Manuel Castro Alfaro
"Don Juan Rafael Mora Porras y la forja de la nacionalidad costarricense"
Por Juan Rafael Quesada Camacho
"Juan Rafael Mora Porras: Primer ensayista costarricense"
Por Juan Duran Luzio
"Barón Alexander von Bülow"
Por Juan Manuel Castro Alfaro
7 de junio de 2010
¿Cómo era don Juanito Mora?
Nuevo artículo aparecido hoy en el diario Nuestro País, elaborado por el compañero Luko Hilje:
http://www.elpais.cr/articulos.php?id=25862
El agradecimiento del autor para Don Carlos Ossenbach, por haberle aportado tan reveladora fotografía.
15 de mayo de 2010
9 de abril de 2010
Homenaje a don Juan Rafael Mora por Dionisio Cabal y Cantares
Nuestro apreciado C. C. Don Dionisio Cabal tiene programado para este 11 de abril rendir homenaje a don Juan Rafael Mora en su estatua, Frente al Correo, en San José.
Asistamos y así colaboramos con sus patrióticas presentaciones
Asistamos y así colaboramos con sus patrióticas presentaciones
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Juan Rafael Mora Porras,
Nosotros
23 de marzo de 2010
Don Juan Rafael Mora proclamado "Heroe de Puntarenas"
Informa el compañero contertulio Armando Vargas Araya lo siguiente:
Me complace comunicarles que en la sesión del viernes anterior, el Concejo Municipal de Puntarenas, por unanimidad, proclamó “Héroe de Puntarenas” a don Juan Rafael Mora. El acuerdo es firme y tan pronto tenga a mano el texto del acta, lo compartiré con ustedes. En el acuerdo se invita a las otras municipalidades de la provincia de Puntarenas a unirse en la proclamación. Igualmente, se acordó comunicarlo a todas las municipalidades del país, instándolas para que hagan lo propio en cada jurisdicción y a que comiencen a solicitar a la Asamblea Legislativa la declaratoria, por Ley de la República, del Presidente Mora como Héroe Nacional.
Se creó la Orden de la “Condecoración Don Juan Rafael Mora”, para honrar a una sola persona, una vez al año, quien encarne las virtudes cívicas del Héroe de Puntarenas. La Alcaldía preparará el respectivo reglamento. En principio, se otorgaría la primera vez de manera póstuma a Jean Jacques Bonefil, en la persona del Embajador de Francia en Costa Rica y de los descendientes del antiguo Cónsul de Francia en Puntarenas.
El acuerdo solicita a las universidades estatales con sede regional en Puntarenas que establezcan sendas Cátedras Don Juan Rafael Mora, para realizar actividades académicas en la semana del 30 de setiembre de cada año. Asimismo, pide que entre las cuatro establezcan en la ciudad de Puntarenas el Instituto de Altos Estudios Don Juan Rafael Mora como centro de documentación, investigación, docencia y difusión sobre la vida y la obra del Héroe de Puntarenas.
Se insta a Correos de Costa Rica a realizar una emisión postal alusiva al sesquicentenario de los Mártires de Puntarenas y a la Junta de Protección Social (iniciativa que, por cierto, ya había tomado Luko Hilje) para que la lotería del domingo más cercano al 30 de setiembre sea dedicada al mismo tema.
Todo esto se hace en ocasión del aniversario 150 de los asesinatos de Estado perpetrados en Los Jobos (30 de setiembre y 2 de octubre de 1860).
Me complace comunicarles que en la sesión del viernes anterior, el Concejo Municipal de Puntarenas, por unanimidad, proclamó “Héroe de Puntarenas” a don Juan Rafael Mora. El acuerdo es firme y tan pronto tenga a mano el texto del acta, lo compartiré con ustedes. En el acuerdo se invita a las otras municipalidades de la provincia de Puntarenas a unirse en la proclamación. Igualmente, se acordó comunicarlo a todas las municipalidades del país, instándolas para que hagan lo propio en cada jurisdicción y a que comiencen a solicitar a la Asamblea Legislativa la declaratoria, por Ley de la República, del Presidente Mora como Héroe Nacional.
Se creó la Orden de la “Condecoración Don Juan Rafael Mora”, para honrar a una sola persona, una vez al año, quien encarne las virtudes cívicas del Héroe de Puntarenas. La Alcaldía preparará el respectivo reglamento. En principio, se otorgaría la primera vez de manera póstuma a Jean Jacques Bonefil, en la persona del Embajador de Francia en Costa Rica y de los descendientes del antiguo Cónsul de Francia en Puntarenas.
El acuerdo solicita a las universidades estatales con sede regional en Puntarenas que establezcan sendas Cátedras Don Juan Rafael Mora, para realizar actividades académicas en la semana del 30 de setiembre de cada año. Asimismo, pide que entre las cuatro establezcan en la ciudad de Puntarenas el Instituto de Altos Estudios Don Juan Rafael Mora como centro de documentación, investigación, docencia y difusión sobre la vida y la obra del Héroe de Puntarenas.
Se insta a Correos de Costa Rica a realizar una emisión postal alusiva al sesquicentenario de los Mártires de Puntarenas y a la Junta de Protección Social (iniciativa que, por cierto, ya había tomado Luko Hilje) para que la lotería del domingo más cercano al 30 de setiembre sea dedicada al mismo tema.
Todo esto se hace en ocasión del aniversario 150 de los asesinatos de Estado perpetrados en Los Jobos (30 de setiembre y 2 de octubre de 1860).
31 de enero de 2010
Vanderbilt y la guerra del 56: Una aclaración necesaria
El artículo de don Carlos Denton (6 de enero, 2010, diario La Republica, página 12), resulta importante para comprender la más brillante página de nuestra historia patria: La Campaña Nacional de 1856-1857. No obstante, se hace necesario aclarar algunos de los hechos históricos consignados.
Para las elecciones de 1860, la continuidad de la hegemonía sureña en la Casa Blanca se veía amenazada por el impetuoso avance de los abolicionistas “yankees” del norte, cuyo modelo industrial aglutinaba a millones de inmigrantes europeos. Entonces los líderes del sur plantearon la anexión de nuevos territorios, fijando la mirada en la América Central. El presidente Franklin Pierce, junto con el embajador en el Reino Unido James Buchanan y el senador Pierre Soulé, confiaron el proyecto “Federación Caribe” al aventurero William Walker, teniendo como objetivo secreto tomar control de Nicaragua, promover un estado federal regional para anexarlo a la Confederación Sureña.
Dentro de este contexto aparece Cornelius Vanderbilt. En 1855 sus intereses financieros se vieron seriamente afectados cuando sus socios Garrison y Morgan lo traicionaron arrebatándole la Compañía del Tránsito para asociarse con Walker. Cuando se enteró de los planes para tomar la Vía del Tránsito, ofreció al presidente Juan Rafael Mora el envío de dos empleados de su confianza: Sylvanus Spencer y Robert Webster.
Ambos viajaron a Costa Rica con la misión de recuperar los bienes de su patrón, para lo cual Spencer debía colaborar con el gobierno como guía naval, mientras que Webster propuso tres contratas para sufragar los costos de la guerra, resultando un obscuro intento de estafa. De hecho, jamás hubo pago en efectivo a Mora o a su Gobierno. Tampoco se le dio nunca el mando a Spencer, otorgándole tan delicada misión al general José Joaquín Mora y al mayor Máximo Blanco. En realidad, el éxito de las acciones militares fue producto de la bravura de los costarricenses y no debido a la conducción de Spencer o la generosidad de Vanderbilt.
Don Carlos se pregunta cómo pudo Walker apoderarse de Nicaragua. La respuesta pasa por la sangrienta guerra civil entre leoneses y granadinos, la falta de liderazgo y la intervención diplomática de Estados Unidos. Costa Rica en cambio, mantenía un clima de paz interna, justificada por un exitoso modelo cafetalero, dirigido al mercado inglés e impulsado por una elite de agricultores emprendedores, con gran visión comercial, teniendo a la cabeza al presidente de la República, líder de su pueblo y patriota a toda prueba: don Juan Rafael Mora.
Finalmente, Nicaragua ha tenido a lo largo de su convulsa historia política gobernantes buenos y malos; pero todos hijos del país; siendo el peor un invasor extranjero con sueños imperiales, ignorante del español, cuya gran meta era el convertir a la América Central en una inmensa granja de esclavos.
Para las elecciones de 1860, la continuidad de la hegemonía sureña en la Casa Blanca se veía amenazada por el impetuoso avance de los abolicionistas “yankees” del norte, cuyo modelo industrial aglutinaba a millones de inmigrantes europeos. Entonces los líderes del sur plantearon la anexión de nuevos territorios, fijando la mirada en la América Central. El presidente Franklin Pierce, junto con el embajador en el Reino Unido James Buchanan y el senador Pierre Soulé, confiaron el proyecto “Federación Caribe” al aventurero William Walker, teniendo como objetivo secreto tomar control de Nicaragua, promover un estado federal regional para anexarlo a la Confederación Sureña.
Dentro de este contexto aparece Cornelius Vanderbilt. En 1855 sus intereses financieros se vieron seriamente afectados cuando sus socios Garrison y Morgan lo traicionaron arrebatándole la Compañía del Tránsito para asociarse con Walker. Cuando se enteró de los planes para tomar la Vía del Tránsito, ofreció al presidente Juan Rafael Mora el envío de dos empleados de su confianza: Sylvanus Spencer y Robert Webster.
Ambos viajaron a Costa Rica con la misión de recuperar los bienes de su patrón, para lo cual Spencer debía colaborar con el gobierno como guía naval, mientras que Webster propuso tres contratas para sufragar los costos de la guerra, resultando un obscuro intento de estafa. De hecho, jamás hubo pago en efectivo a Mora o a su Gobierno. Tampoco se le dio nunca el mando a Spencer, otorgándole tan delicada misión al general José Joaquín Mora y al mayor Máximo Blanco. En realidad, el éxito de las acciones militares fue producto de la bravura de los costarricenses y no debido a la conducción de Spencer o la generosidad de Vanderbilt.
Don Carlos se pregunta cómo pudo Walker apoderarse de Nicaragua. La respuesta pasa por la sangrienta guerra civil entre leoneses y granadinos, la falta de liderazgo y la intervención diplomática de Estados Unidos. Costa Rica en cambio, mantenía un clima de paz interna, justificada por un exitoso modelo cafetalero, dirigido al mercado inglés e impulsado por una elite de agricultores emprendedores, con gran visión comercial, teniendo a la cabeza al presidente de la República, líder de su pueblo y patriota a toda prueba: don Juan Rafael Mora.
Finalmente, Nicaragua ha tenido a lo largo de su convulsa historia política gobernantes buenos y malos; pero todos hijos del país; siendo el peor un invasor extranjero con sueños imperiales, ignorante del español, cuya gran meta era el convertir a la América Central en una inmensa granja de esclavos.
Raúl Arias Sánchez, historiador
Publicado en el Diario La Republica el 19 de enero del 2010
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