11 de noviembre de 2009

Respuesta alemana a la segunda proclama

La respuesta de la colonia alemana a la segunda proclama de Don Juan Rafael Mora Porras fue ejemplar. Ese mismo día llegó a manos de nuestro presidente una carta con las firmas de 35 germanos ofreciéndose para cooperar con Costa Rica en la guerra contra los filibusteros en la forma que nuestro caudillo dispusiese, aunque una buena parte de la colonia alemana tenía propiedades o trabajaba fuera de la capital, por lo que no pudieron ponerse a las órdenes de nuestra patria ese mismo día y lo tuvieron que hacer posteriormente. 

Es importante que se conozca y reconozca que si a alguna colonia debe Costa Rica su grandeza es sin duda alguna a aquellos alemanes que vinieron a petición de nuestro gobierno.



Fuente: Archivo Nacional de Costa Rica



(Traducción literal)

¡Al Excelentísimo Presidente de la República de Costa Rica Señor Don Juan Rafael Mora!

Los abajo firmados alemanes se aprovechan de la ocasion para manifestar á V.E. sus simpatias i deseos de cooperar para Costa Rica en la guerra actual contra los filibusteros. Si V.E. nos halla utiles en alguna cosa, disponga V.E. con franqueza i confianza de

Sus atentos servidores

Guillermo Nanne
Dr. Francisco Ellendorf
Juan Braun MD.
Carl Wilhelm Luthmer
Francisco Rohrmoser
Martin Flutsch
Carlos von Bülow Fischer
Carl Pauly
Carlos Johanning
Adalberto Johanning
Eduardo Johanning
Gustavo Froelich
Victor Hermann Gólcher
Heinrich Ellerbrock
Carlos L. Schwägerl
Horacio Lutschaunig
Julián Carmiol
Julián Carmiol hijo
Otto Emilio Loeper
Dr. Carlos Hoffmann
Otto von Schröter
Philipe Daum
Agustine Piepper
Carlos C. Pape
Heinrich Schrewe
Francisco Kurtze
J. M. Bacher
Enrique Reichet
Eduardo Gellert
Fernando Hermann
Valenthin Lempke
G. Schuller
Friedrich Mathiess
Juan Jochs

San José, 1 Marzo 1856

Traducción Tomada del libro “Karl Hoffmann. Cirujano Mayor del Ejército Expedicionario” (Luko Hilje, 2007).


Proclamas de Don Juan Rafael Mora Porras - Segunda



El Presidente de la República de Costa Rica
A todos sus habitantes


Compatriotas:

¡A las armas! Ha llegado el momento que os anuncié. Marchemos a Nicaragua a destruir esa Falange impía que la ha reducido a la más oprobiosa esclavitud. Marchemos a combatir por la libertad de nuestros hermanos.

Ellos os llaman, ellos os esperan para alzarse contra sus tiranos. Su causa es nuestra causa. Los que hoy los vilipendian, roban y asesinan, nos desafían audazmente e intentan arrojar sobre nosotros las mismas ensangrentadas cadenas. Corramos a romper las de nuestros hermanos y a exterminar hasta el último de sus verdugos.

No vamos a lidiar por un pedazo de tierra: no por adquirir efímeros poderes; no por alcanzar misérrimas conquistas, ni mucho menos por sacrílegos partidos. No, vamos a luchar por redimir a nuestros hermanos de la más inicua tiranía: vamos a ayudarlos en la obra fecunda de su regeneración, vamos a decirles: Hermanos de Nicaragua, levantaos: aniquilad a vuestros opresores. Aquí venimos a pelear a vuestro lado por vuestra libertad, por vuestra patria. Unión, nicaragüenses, unión. Inmolad para siempre vuestros enconos; no más partidos, no más discordias fraticidas. Paz, justicia y libertad para todos. Guerra sólo a los filibusteros.

A la lid pues, costarricenses. Yo marcho al frente del ejército nacional. Yo que me regocijo al ver hoy vuestro noble entusiasmo, que me enorgullezco al llamaros mis hijos, quiero compartir siempre con vosotros el peligro y la gloria.

Vuestras madres, esposas, hermanos e hijos os animan. Sus patrióticas virtudes os harán invencibles. Al pelear por la salvación de vuestros hermanos, combatiremos también por ellos, por su honor, por su existencia, por nuestra patria idolatrada y la independencia hispanoamericana.

Todos los leales hijos de Guatemala, El Salvador y Honduras, marchan sobre esa horda de bandidos. Nuestra causa es santa, el triunfo es seguro. Dios nos dará la victoria y con ella la paz, la concordia, la libertad y la unión de la gran familia centroamericana.

Juan Rafael Mora Porras.
San José, marzo 1° de 1856

Proclamas de Don Juan Rafael Mora Porras - Primera



El Presidente de la República de Costa Rica
A todos sus habitantes

Costarricenses:

La paz, esa paz venturosa que, unida a vuestra laboriosa perseverancia, ha aumentado tanto nuestro crédito, riqueza y felicidad, está pérfidamente amenazada.

Una gavilla de advenedizos, escoria de todos los pueblos, condenados por la justicia de la Unión americana, no encontrando ya donde hoy están con qué saciar su voracidad, proyectan invadir a Costa Rica para buscar en nuestras esposas e hijas, en nuestras casas y haciendas, goces a sus feroces pasiones, alimento a su desenfrenada codicia.

¿Necesitaré pintaros los terribles males que de aguardar fríamente tan bárbara invasión pueden resultaros?

No; vosotros los comprendéis; vosotros sabéis bien qué puede esperarse de esa horda de aventureros apóstatas de su patria; vosotros conocéis vuestro deber.

¡Alerta pues costarricenses! No interrumpáis vuestras nobles faenas, pero preparad vuestras armas. Yo velo por vosotros, bien convencido de que en el instante del peligro, apenas retumbe el primer cañonazo de alarma, todos, todos os reuniréis en torno mío bajo nuestro libre pabellón nacional.

Aquí no encontrarán jamás los invasores, partido, espías ni traidores. ¡Hay del nacional o extranjero que intentare seducir la inocencia, fomentar discordias o vendernos! Aquí no encontrarán más que hermanos, verdaderos hermanos resueltos irrevocablemente a defender la patria como a la santa madre de todo cuanto aman y a exterminar hasta el último de sus enemigos.
 
Juan Rafael Mora Porras.
“San José, noviembre 20 de 1855”